Locusta (Historias de asesinos que inspiraron libros XIV)

Por Susana Gómez
Hace unos meses dedicamos un artículo muy general a hablar de "Venenos y Mujeres", pero nos reservamos hablar sobre una mujer, una de las primeras envenenadoras y asesinas en serie de la historia.
Nos estamos refiriendo a Locusta, una esclava de la antigua Roma, nacida en la Galia en el s. I, y que desde niña aprendió a reconocer las propiedades beneficiosas y perjudiciales de las plantas, detalle que la llevó a convertirse en la asesina de cabecera de Agripina, madre de Nerón.

Todos los que hayan leído sobre historia de la Antigua Roma sabrán que las conspiraciones para cometer asesinatos estaban a la orden del día. 
Todo emperador que se preciase debía estar rodeado de gente de confianza que asegurase su bienestar, el problema surgía cuando esa "gente de confianza" jugaba a dos bandos.

Cuando Locusta aparece en la vida de Agripina, (conocida como Agripina la Menor, hermana de Calígula), ya arrastraba tras de sí una larga lista de crímenes, y dado que la fama la precedía, la madre de Nerón no dudó a la hora de hacerse con sus servicios.

Locusta fue la mano que elaboró la sustancia que quitó de en medio tanto al emperador Claudio, tío y marido de Agripina, como a su hijastro Británico, para que su hijo Nerón pudiese convertirse en emperador.

Nuestro personaje de hoy había sido condenada a muerte, precisamente por esa habilidad que la hizo famosa, pero Agripina consiguió liberarla.

El 13 de octubre del año 54, Claudio fue envenenado al consumir su manjar preferido, un plato de setas. algunos expertos dicen que entre las setas había una especie mortal, la Amanita phalloides, pero actualmente los síntomas que padeció parecen indicar que el veneno mortal fue arsénico o Belladona.

Para asesinar a Británico, hermanastro de Nerón, Locusta preparó una bebida pero la dosis de veneno fue insuficiente y solo le causó una leve diarrea. Para el segundo intento y habiendo sido advertida de que no podía fallar, preparó un envenenamiento más complejo.
Nerón dio una fiesta y en ella se le entregó a Británico un caldo. Lógicamente, el consomé fue probado por un catador. 
Locusta había planeado que se sirviese muy caliente, y Británico, tras comprobar que el caldo estaba exento de cualquier sustancia ponzoñosa, pidió que se le añadiese agua para templarlo. 
Esa fue su perdición, ya que el veneno había sido añadido a la jarra del agua.
Los síntomas que experimentó el joven hermanastro de Nerón, que solo tenía 14 años, parecen indicar que fue envenenado por Sardonia, (planta herbácea cuyo jugo es muy venenoso y produce unos espasmos faciales parecidos a la risa). Para acallar las voces que acusaban de asesinato a Nerón, Británico fue enterrado precipitadamente y sin ningún tipo de pompa fúnebre, detalle absurdo, ya que  aunque de esa forma se impedía averiguar los motivos de la muerte, señalaban directamente que en la muerte había algo sospechoso.

Sin ninguna competencia que optase al trono, Nerón pudo descansar tranquilo y agasajó a Locusta con tierras y riquezas, permitiéndola que siguiese con sus estudios sobre sustancias e incluso creando una peculiar escuela donde instruir a sus discípulos en el arte de la preparación de venenos. 
Parece ser que la envenenadora pasó de mano en mano por la familia Julio-Claudia, convirtiéndose en un bien familiar que compartían.
Sobra decir que Agripina pasó de ser esposa de emperador a madre de emperador, y dado que sus malas artes eran conocidas por todos, Nerón decidió quitarla de en medio. Agripina que se lo temía comenzó a tomar pequeñas dosis de veneno para inmunizarse, pero al final su muerte llegó por la espada.

Nerón no experimentó una mejor suerte. 
Tras su huida de Roma y viéndose cercado, y a pesar de tener una sustancia preparada por su envenenadora personal, no llegó a utilizarla, prefirió darse muerte con su propia daga, lo que siguió a continuación es más anecdótico que tragedia, ya que Nerón, al temblarle tanto las manos no era capaz de acabar con su vida y un criado tuvo que terminar el trabajo.

Tras la muerte de Nerón, Locusta fue condenada por el nuevo emperador Galba.
La acusación señalaba que nuestra protagonista había realizado más de 400 muertes, pero seguramente fueron más, puesto que la muerte de un esclavo no era considerada delito. Además probó sus venenos en condenados a muerte que le suministraba Nerón.

Como anécdota final:
Locusta era conocida por sus largos paseos por Roma acompañada de sus fieles mascotas, los perros; pero la fidelidad no era recíproca, ya que también ellos eran víctimas de sus experimentos. 

Actualmente, la vida de este personaje como asesina serial aparece reflejada en infinidad de libros de Historia, películas y documentales. 
 

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