Marie Madeleine, La marquesa de Brinvilliers: Una asesina en la corte del rey Sol (Historias de asesinos que inspiraron libros XI)

Por Susana Gómez
Hoy volvemos a traer a esta sección de Asesinos que inspiraron libros a otro criminal en cuerpo de mujer.

Cuando os hablamos de Erzsébet Báthory os dijimos, que la mayoría de los asesinos seriales suelen ser varones de raza blanca; tan solo un diez u once por ciento resultaban ser mujeres, pero no por ello sus crímenes resultan menos impactantes ni intrigantes...
Hoy voy a hablaros de una mujer, una aristócrata francesa del s. XVII, Marie Madeleine D'Aubray, La marquesa de Brinvilliers, acusada de cometer tres crímenes. Ya sabéis que en esa época solo los asesinatos de gente de buena posición eran investigados...
La historia cuenta que fue condenada gracias a unas cartas halladas, escritas por su amante, aunque también se rumorea que tras este hallazgo, le extrajeron su confesión bajo tortura, con lo cual, en la actualidad, esa confesión no se considera válida.

Pues bien, nos encontramos en la corte del Rey Sol.
Marie Madeleine es una preciosa y culta jovencita, aunque también hay que señalar que los rumores apuntan a que es demasiado ligera y descarada, detalles que la introducen de forma directa en los círculos libertinos de la alta sociedad, la que se movía alrededor de Luis XIV.
Intrigas, cotilleos, corrupción, aventuras amorosas y conspiraciones, es el mundo por el que la joven será seducida.

Con tan solo 21 años contrae matrimonio con Antoine Gobelin. Entre ambos poseen una interesante renta que les lleva a codearse con lo mejor de la sociedad parisina. Pero ya hemos comentado el ambiente por el que se movían, y al poco de esa unión, empiezan a aparecer los amantes que aportarán el toque picante y escandaloso a la relación.
Se supone que en la corte, el tener amantes, era algo visto con normalidad y que incluso servía para amenizar las veladas, pero fuera de allí, la familia no lo veía igual.
El señor D'Aubray, padre de Marie, siente  que su familia ha sido humillada y solicita el arresto del joven amante a través del rey. De esa forma, el amante, un capitán de caballería, Godin de Sainte-Croix termina dando con sus huesos en la Bastilla.

En la cárcel se cree que coincide con un misterioso italiano que le instruye en los secretos del envenenamiento, y después, tras su salida de la prisión, él comparte sus conocimientos con Marie.

La pareja enfoca todo su odio hacia la familia de ella, concretamente hacia su padre, responsable de haberles separado. Así comienza el experimento de hallar la fórmula idónea; un veneno efectivo e indetectable.

Marie no solo comienza a introducir sustancias tóxicas en la comida de sus sirvientes para comprobar su efectividad, sino que también lo hace en los alimentos que entrega a los pobres y enfermos del Hôtel Dieu, un hospital público cercano a Notre Dame.
Nadie se imagina que, tras las obras benéficas, tras esa imagen dulce y bondadosa, se esconde la muerte.

Cuando la pareja obtiene un veneno de la eficacia deseada ponen en marcha su plan. 
Marie coloca en la casa de su padre a un sirviente de confianza que empieza a administrar en pequeñas dosis el veneno. Cuando el anciano se encuentra en la última fase, ella acude para terminar en persona el trabajo.
En 1666 fallece su padre tras una larga agonía de ocho meses. El veneno era una mezcla de sustancias químicas entre las que destacaba el arsénico.

A continuación, la herencia se divide entre los cuatro hermanos, pero la parte de Marie, debido a sus excesos y acreedores, rápidamente desaparece.
Su siguiente misión, lógicamente, es matar a sus hermanos y así beneficiarse de su dinero.
El proceso a seguir es el mismo que con su padre.
Un criado, con acceso a la cocina, será el encargado de suministrar poco a poco el veneno en la comida, y así armándose de paciencia, ya que el proceso puede resultar largo y penoso, dependiendo del sujeto al que se le suministre el veneno, Marie ve como mueren con una diferencia de tres meses. 
La venganza, ya sabemos que se sirve en plato frío y la suya estaba ya servida. El motivo, la insistencia de su familia en que se comportase con decoro y dignidad y, por supuesto, el dinero. 

Con lo que no contaron los amantes fue con la sospecha que empezó a crecer lentamente entre los médicos que atendieron a sus familiares. 
El egoísmo, la ambición o la locura la llevan a planear también la muerte de su hermana pequeña y de su cuñada, para heredar al completo el patrimonio de los D'Aubray; pero queda un hilo suelto, su propio marido, que se ha convertido en impedimento para casarse con Sainte-Croix, que todo hay que decirlo... está un poco cansado de tanto veneno.
Mientras ella suministra las sustancias tóxicas a su consorte, Sainte-Croix que es también amigo íntimo de él, le suministra el antídoto, y es que cargar con una esposa asesina se alejaba de sus planes, ya que en cualquier momento, podía darse la vuelta la tortilla y terminar siendo él el foco de su maldad.

Tras varias discusiones y amantes de por medio, el 30 de julio de 1672, Sainte-Croix fallece en su laboratorio.
Las deudas contraídas llevan a que la justicia envíe a un interventor para que se haga cargo de los asuntos del fallecido. Entre los objetos se encuentra una confesión, a la que no dan mucho crédito, pero también se halla una caja que Marie reclama con demasiada énfasis y cuyo contenido hace sospechar a las autoridades.

La cuñada de Marie es informada y tras unir las piezas exige venganza por el asesinato de su marido.
El criado es detenido y condenado. La tortura a la que es sometido hace que se le suelte la lengua y que acuse a su vez a la aristócrata, que huye hacia Inglaterra y de ahí hacia los Países Bajos, donde se refugia en un convento, lugar en el que es finalmente detenida.

La marquesa de Brinvilliers asume los cargos que se le imputan, no sin antes haber intentado suicidarse unas cuantas veces.

Finalmente, tras ser juzgada es condenada en 1676 a decapitación pública.
El jesuita Edmé Pirot, su confesor, fue el encargado de narrar toda esta historia que bien podría haber surgido de la mente literaria de algún autor de la época.
Lo escalofriante es que lo que Edmé Pirot narró fue todo real...
Y aquí termina la vida de esta asesina serial.

La marquesa de Brinvilliers: Amazon.es: Dumas, Alejandro: LibrosPor último queremos indicaros algunos libros donde su vida sale reflejada:
La marquesa de las sombras de Catherine Hermany-Vieille o en Damas asesinas de Tori Telfer, sin olvidar, por supuesto el libro escrito sobre ella por Alejandro Dumas.

Esta asesina serial fue protagonista de un capítulo de un programa, Mujeres insólitas, que emitían allá por el año 1977 en TVE. En cada uno de los capítulos históricos de esa serie se recreaba la vida de una mujer, que por un motivo u otro, se habían hecho famosas en su época.

Esperamos de nuevo que este artículo haya resultado de vuestro agrado e interés.
Hasta la próxima semana...

Comentarios