Manuel Delgado Villegas: El Arropiero (Historias de asesinos que inspiraron libros XVIII)

Por Francisco Delgado

Hoy os hablamos de Manuel Delgado Villegas, más conocido como El Arropiero, un asesino en serie que aterrorizó España en la década de los sesenta y que ha pasado a la historia por estar considerado como el peor asesino de la historia criminal española, ya que se le atribuyen al menos siete homicidios confirmados, aunque él aseguró haber asesinado a 48 personas entre España, Italia y Francia.

Este asesino serial de aspecto singular que llevaba un bigote a lo "Cantinflas", en homenaje al que era su actor favorito, heredó su apodo de su padre, que vendía arrope, una especie de mosto cocido con la consistencia de un jarabe espeso empleado para la elaboración de conservas.

Este asesino nació en Sevilla en 1943 y dicen de él que tuvo una infancia complicada en la que sufrió continuos abusos físicos. Su madre había fallecido al dar a luz y tanto él como su hermana fueron dejados al cuidado de su abuela y de otros familiares.

El Arropiero sufría retraso mental, tartamudez y dislexia, lo que dificultó su aprendizaje impidiéndole aprender a leer y a escribir.

En 1961, tras cumplir los 18, ingresa de forma voluntaria en la Legión española y allí aprende un golpe mortal llamado "tragantón" que utilizaría en muchos de sus crímenes y que consistía en golpear el cuello, concretamente en la nuez, con el canto de la mano.
Poco tiempo después abandona el ejército, hecho para el cual existen dos versiones.

La primera es que durante su periodo en la Legión comenzó a consumir marihuana. Tras el proceso de desintoxicación sufrió ataques epilépticos siendo declarado no apto para el servicio militar.
La segunda versión es que desertó.

Sea cual sea la versión válida, después de esto decide viajar por Europa y ejerce la prostitución con ambos sexos. Padecía de anaspermatismo, ausencia de eyaculación, que le permitía mantener relaciones sexuales prolongadas sin llegar al orgasmo. Este detalle muy apreciado por sus clientes a él le generó una gran frustración sexual que terminó canalizando con la violencia. 
Una característica de este psicópata es que en su vida normal actuaba de manera infantil, pero a la hora de asesinar se convertía en un asesino despiadado, sin escrúpulos y sin remordimientos.

El primer asesinato del que se tiene constancia es en 1964 en Barcelona, momento en el que mató a un hombre de una pedrada, robándole tras ello la cartera y el reloj.
Tras este suceso comenzó una larga carrera de crímenes que se extendió por más de una década. Fue detenido en varias ocasiones según La Ley de Vagos y Maleantes, pero su faceta más macabra pasó desapercibida.

Este asesino serial no buscaba una víctima en concreto, mataba por impulsos y sin planificación por lo que entre sus víctimas se encuentran tanto hombres como mujeres de distintas edades y condiciones sociales. 

En 1971 en Cádiz, en el Puerto de Santa María, asesinó a la que fuese su novia Antonia Rodríguez Relinque. Se sabe que después volvió al lugar de los hechos para practicar necrofilia con ella.
Tras su detención, se declaró autor confeso de 48 homicidios, una serie de crímenes a los que al principio la policía no dio mucha validez. 
De ese total de 48 homicidios, la policía solo pudo encontrar pruebas incriminatorias para acusarle formalmente de siete de ellos, aunque es cierto que encontraron indicios de 22.

Dicen que al ir en compañía de los agentes a la reconstrucción de los hechos escuchó por la radio que había un asesino mexicano con un número mayor de víctimas a sus espaldas, a lo que comentó:
"Denme 24 horas y les aseguro que un miserable mexicano no va a ser mejor asesino que un español".
Debido a su estado mental, fue declarado inimputable y recluido en un centro psiquiátrico penitenciario durante veintiséis años.

El Arropiero poseía el cromosoma XYY, también conocido como de Lombroso o de la criminalidad. Dicha alteración genética le proveía de una grave falta de conciencia y de empatía, motivo por el cual los especialista solicitaron que no se le dejase en libertad, ya que para él no existía el arrepentimiento.

Pero con la entrada en vigor del nuevo código penal fue puesto en libertad, falleciendo finalmente en 1998 a consecuencia de una enfermedad pulmonar.

Su vida ha sido retratada en varios libros, películas y documentales.

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