Guía de sospechosos IV. (Jack el Destripador. Un asesino de leyenda cap. V)

Por Gabriel Pombo

Con este artículo damos por terminado el monográfico dedicado a los posibles "sospechosos" de encarnar al famoso asesino en serie victoriano, "Jack el Destripador".


 Frederick Deeming

Frederick Bailey Deeming es el nombre de un notorio delincuente sexual y asesino serial que fue colgado en Inglaterra en el año 1892. 
Tenía cuarenta y seis años en 1888 y cargaba ya con un frondoso historial delictivo, aunque sus crímenes más espantosos, aquellos que le valieron la pena de muerte, los perpetraría tres años más tarde. 
En 1891 asesinó a su esposa y a sus cuatro hijos en Rainhill, Liverpool, y al año siguiente victimó a su segunda cónyuge en la ciudad de Melbourne, Australia. 
Fue vinculado al caso a partir de una nota editada en la Pall Mall Gazette el 8 de abril de 1892 (estaba preso por sus acreditados crímenes desde el 11 de marzo de ese año) donde se aseguraba que en las oficinas de Scotland Yard se habían recibido decenas de cartas denunciando que Frederick Deeming era el implacable asino de meretrices de los barrios bajos de la capital británica. 
Aunque insistieron en haberlo visto merodeando por los alrededores de los lugares donde se consumaron las mutilaciones, lo cierto es que es muy dudoso que ese dato resultara veraz. Parece seguro, en cambio, conforme a diversas y coincidentes fuentes, que en el año 1888 el itinerante Deeming (entre otras facetas fue marino mercante y se valía de diversos alias) estaba en Sudáfrica timando a ciudadanos sudafricanos. Hay constancia de que por esas fechas compareció repetidas veces ante la justicia de aquel país acusado por la comisión de fraudes y estafas.

 Carl Feigenbaum

El marino mercante y florista ocasional alemán Carl Ferdinand Feigenbaum concluyó su existencia electrocutado en la cárcel de Sing Sing, Estados Unidos, en el año 1896. 
La drástica condena se estimó justa, pues dos años atrás había degollado a su casera, la señora Juliana Hoffman (mediante un corte de izquierda a derecha en el cuello, al estilo de los del Destripador). No tuvo tiempo de abrirla en canal y extirparle órganos, si esa hubiera sido su intención, porque el adolescente hijo de su víctima lo descubrió y pidió socorro a gritos. 
Al escenario del crimen llegó la policía, junto con vecinos y curiosos, y lo capturaron mientras pretendía huir. Su propio abogado, el doctor William Lawton, creyó que su patrocinado era, además del asesino de la señora Hoffman, Jack el Destripador; y así lo afirmó a los periódicos, luego de que su defendido muriera ejecutado. 
Pero no es seguro que Carl Feigenbaum haya estado en Inglaterra en 1888, a pesar de su condición de marino, y pese también, al excelente trabajo deinvestigación del experto Trevor Marriott, quien en archivos navales británicos revisó cientos de listados sobre arribos de buques en los que ese hombre podría haber viajado como tripulante.

 James Kelly

James Kelly nació el 20 de abril de 1860 en Preston, Lancashire, siendo hijo natural de Sarah Kelly quien dejó al infante al cuidado de su abuela Therese. La madre se desentendió del niño pero al menos le legó una pequeña fortuna valuada en 20.000 libras a ser administrada por una reserva fiduciaria, de la cual el beneficiario podría disponer al cumplir los veinticinco años. 
Con dieciocho años, en 1878, comienza su actividad como tapicero empleándose al servicio de sucesivos patronos. 
A sus veinte años conoce a Sarah Brider de diecinueve años, moza recatada, de familia católica y muy trabajadora. Se pone de novio con la chica y es bien recibido por los padres de ella, pasando a residir en el número 21 de la calle Lane en el hogar de sus futuros suegros. 
James pierde su empleo de tapicero a raíz de sus rarezas y sus explosiones temperamentales. Días después, el cuatro de junio de 1883, contrae enlace con su novia en ceremonia religiosa celebrada en la parroquia de San Lucas. 

Kelly se había casado con la muchacha que aparentemente amaba pero estaba destinado a no ser feliz con ella. Reñía y desplegaba celos obsesivos recriminando a su flamante esposa sus pretendidas infidelidades. Entre otras acusaciones, le achacaba haberle trasmitido una enfermedad venérea. 
En este convulso entorno fue que el 21 de junio, a sólo diecisiete días de haberse casado y durante el curso de una violenta pelea, el tapicero extrajo de sus ropas una filosa navaja de muelle con la cual rasgó profundamente el cuello de su mujer. 
Se arrestó al atacante, quien no ofreció resistencia, y la agredida cónyuge expiró el 24 de junio de 1883. 
Al día siguiente el uxoricida fue imputado de homicidio especialmente agravado, luego de que el primer médico forense que lo examinase lo encontró perfectamente apto. A despecho de las apelaciones de sus abogados y de las peticiones de clemencia el fin en la horca parecía inexorable. 

El 20 de agosto de ese año debía cumplirse la sentencia de muerte. Casi milagrosamente James Kelly salva su vida. 
El siete de agosto el doctor W. Orange, superintendente del asilo de Broadmoor, lo examina y decide que está completamente orate. Las declaraciones de su antiguo jefe, Mr. Hiron, aportando pormenores sobre las actitudes anormales de su ex empleado, contribuyen a que se le conmute la fatídica sentencia. El recluso pasará ahora a cumplir pena de confinamiento por tiempo indefinido dentro del asilo de Broadmoor. 

Durante cinco años James Kelly se mostró como un interno modelo. Pero todo era una farsa para hacer bajar la guardia a sus captores. Con suma astucia y paciencia, sirviéndose de un trozo de metal que modeló a tal fin, fabricó una llave con la cual abrió la puerta principal del asilo y se escapó tranquilamente el 23 de enero de 1888. Pendía sobre el prófugo orden de aprehensión para restituirlo al hospital, y la policía fue a buscarlo pensando que se refugiaba en la casa de sus suegros. 
El 10 de noviembre de 1888, o sea el día después de la horrible muerte de Mary Jane Kelly se practica una redada en ese domicilio, pero el fugado no está allí y nadie conoce su paradero. 
Permaneció libre durante casi cuarenta años hasta que en 1927 retornó imprevistamente por propia voluntad al asilo de Broadmoor, rogando que lo admitieran pues, conforme sus palabras recogidas por un periódico: “estoy muy cansado y quiero morir junto a mis amigos”. 
Fue su última reclusión y sólo vivió dos años más. 

En 1929 expiró a causa de neumonía lobular doble, atento consta en su certificado de defunción. En ese lapso final escribió unas memorias que el investigador policial Ed Norris afirmó, en un programa de Discovery Channel, haber leído. En esas notas, aunque Kelly no confiesa haber sido Jack el Destripador, trasunta un enfermizo odio hacia las prostitutas. Además, en su propio diario personal reconoce que estaba escondido en Londres entre los meses de agosto y noviembre de 1888, es decir: desde el inicio hasta el término de la matanza.


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