Drácula (serie de televisión de 2020)

Por Francisco Delgado

Hoy os damos nuestra opinión sobre una serie nueva de televisión, al tiempo que inauguramos nueva sección: "Series y TV".
Posamos nuestro ojo crítico sobre "Drácula", una miniserie de televisión británica estrenada el 1 de enero de 2020 en BBC One y Netflix, y desarrollada por Mark Gatiss y Steven Moffat.
La serie consta de tres capítulos y está basada en el gran clásico de Bram Stoker de 1897.
Según la descripción que facilitaba uno de los canales, esto es lo que vamos a encontrar en ella:

"La leyenda del Conde Drácula se transforma con nuevos cuentos que dan cuerpo a los sangrientos crímenes del vampiro y sacan a la luz su vulnerabilidad".

Nuestro veredicto, tras visionar los tres capítulos, no es muy positivo, ya que no hemos encontrado detalles que la haga destacar sobre otras versiones anteriores.
Creemos que la historia en esta nueva versión se queda corta y por lo tanto, no nos llega a convencer.

Todas estas nuevas series que surgen de la adaptación de clásicos, corren el riesgo de no captar la esencia primordial de la obra original, y en este caso, pese a que los capítulos son entretenidos, pierden ese toque que convirtió al libro de Stoker en uno de los mejores del género gótico, al intentar modernizar y darle otra visión, que va perdiendo fuerza según avanza el metraje.

Los actores cumplen su papel a la perfección, pero y aquí llega otro detalle que no nos ha convencido, han dado un tinte demasiado moderno y alejado de la realidad que distorsiona la imagen que ya teníamos sobre ellos.
Lógicamente en una serie del siglo XXI había que adaptar esos perfiles a los nuevos tiempos, a las nuevas corrientes sociales.
Van Helsing aparece representado por una mujer, una idea inteligente, tan inteligente como esa nueva versión del personaje que nos proponen, decidida y dotada de una fuerte personalidad, que hará frente al personaje central y masculino, Drácula. Éste último sí se ajusta al perfil de la obra de Stoker, aunque también con matices.

El resto de personajes son meras comparsas, personajes ambientales que sirven para dar movilidad a la serie, pero sobre ellos hablaremos, un poco más, a su debido tiempo...

Los giros van a ser constantes, pero recordad, que no necesariamente adaptándose a la historia que conocemos.
El último capítulo, es quizás, el que más sorpresas esconde y en el que parece que la mente de los directores se dispersa y vaga sin rumbo. ¿Y por qué decimos esto? porque da la sensación de querer contar demasiadas cosas reinterpretando el clásico, y el tiempo termina volando de sus manos.

Desde esta revista, no creemos que modernizar sea sinónimo de destrozar la obra original y tampoco creemos que los más puristas salgan satisfechos de una experiencia que tira por tierra muchas de las ideas, preconcebidas, que creíamos tener sobre los vampiros. Las raíces pueden ser las mismas, pero el resultado final creemos que no es el mejor.

Si olvidamos la historia original que nos relataba Stoker, o simplemente hay alguien que aún hoy en día no la conoce, entonces puede que le guste esta nueva versión.

En otro orden de cosas, el primer capítulo nos da la impresión de que el toque gore será constante y que los sustos y escenas sangrientas acompañarán a la miniserie en todo su desarrollo, pero esa impronta desaparece según visionamos los capítulos.
En resumidas cuentas, pierde fuerza como ya os hemos aventurado al comienzo de este artículo.

Cada capítulo se va a centrar en un personaje y un escenario distinto, siendo curiosamente estos últimos, lugares que aparecen citados en la obra original pero a los que Bram Stoker no dio apenas importancia.
A esto hay que añadir que, en la miniserie, los personajes no aparecen en la misma secuencia que en el libro, ni tienen como ya hemos indicado, las mismas características. Se han actualizado tanto su lenguaje como su comportamiento, apareciendo incluso nuevos personajes, impensables según la mentalidad y costumbres rígidas de finales del siglo XIX; algo absurdo porque no aportan nada al desarrollo de la trama ni a la historia que nos quieren vender.

Como siempre decimos: para gustos existen los colores, y esta miniserie pasa del rojo intenso a la gama pastel, más bien deslucida, sin tener muy claro en que tono terminará.
A pesar de haber recibido elogios por parte de la crítica especializada, de parte del público no ha salido muy bien parada, solo ha recibido un 54% de opiniones positivas, lo que la convierte en una serie mediocre.
Os dejamos que la visionéis para que elaboréis vuestra propia opinión sobre ella.

¡Bon appétit!