Género negro o criminal. La gran evolución.

Por Susana Gómez

A los amantes del género criminal, últimamente nos cuesta encontrar auténtica novela negra. Y no es que no las haya, que sí las hay, es simplemente que las editoriales saturan el mercado con un producto que anuncia vender una cosa que luego no es, y eso termina complicándonos la búsqueda.
¿De dónde surge esa especie de engaño? pues no lo sé.
Aunque el género negro presente una estructura muy definida y unas convenciones establecidas, creo que existe dificultad a la hora de catalogar una obra.

Es cierto que en los últimos tiempos la novela negra ha experimentado una gran evolución; este género nunca ha tenido límites, pero esas barreras o características especiales, que variaban según la época y región en que se ubicasen, han ido moviéndose bajo la pluma del autor. 
De esta forma, ha terminado por mezclarse con otros géneros, enriqueciéndose con nuevas características, lo que ha llevado a la creación de las llamadas novelas híbridas o a los subgéneros como el nordic noir, el arctic noir, del que mucho se oye hablar últimamente, o el domestic noir, entre otros, aunque en muchas ocasiones, estos nuevos géneros se alejen de la forma, fondo y tono.

Lo cierto, es que hay muchos tipos de novela negra, tantos como escritores. 
El género experimenta una constante evolución y retomando lo dicho anteriormente, las épocas y la ubicación de la obra es algo a tener muy en cuenta, por poneros un ejemplo, en el nuevo arctic noir la climatología cumple con un papel determinante, ya que la meteorología y las largas distancias entre poblaciones, marcan intensamente el argumento.
En el nordic noir, cuyas novelas pueden ubicarse en cualquiera de los países nórdicos sin limitarse a un lugar en concreto, los personajes principales cruzan constantemente la línea y pasan al lado oscuro, no solo se toman la justicia por su mano, sino que las escenas con violencia suelen ser bastante explícitas.
Pero ha habido otros tipos de novelas que también son negras...

En los comienzos, los personajes se movían por escenarios oscuros, frecuentaban los bajos fondos, de ahí que se le diese esa denominación de novela negra o criminal, al tiempo que teñían las páginas con escenas violentas pero sin llegar a entrar en descripciones excesivamente salvajes. Estas características marcaban su seña de identidad, la hacían alejarse del otro tipo, las policíacas, que transcurrían en otros ambientes, tales como casas señoriales y donde la violencia de los crímenes era sustituida por unos asesinatos cometidos de forma bastante elegante.
Lo que quiero decir con esto, es que el género negro, siempre ha estado marcado, se ha dejado influenciar por la situación política, social y/o económica. 
En los años 20 proliferaron obras cuyo argumento se desarrollaba con la ley seca de fondo y con el crimen organizado... ahora, eso ha sido sustituido por las nuevas tecnologías, así que los delitos informáticos cobran un papel importante.

Las femmes fatales, esos personajes indispensables en la década de los 40-50, en nuestros días han desaparecido; son personajes que en nuestra sociedad no tienen cabida.  
La femme fatale era la "Eva" que seducía, que incitaba y llevaba por el mal camino. Ahora ese personaje ha dejado un hueco pisoteado por otro tipo de personaje: mujeres independientes, de fuerte carácter, que aparecen retratadas como heroínas del siglo XXI o como caras visibles del nuevo feminismo.
Esto son solo ejemplos de la evolución de este tipo de novela, lógicamente todos los géneros han evolucionado, pero para muestra un botón... unos lo han hecho más que otros.

A pesar de lo dicho, la novela negra tiene unas características muy marcadas que un escritor no puede obviar, y luego otras, no tan importantes, de las que se puede prescindir, paso a enumerarlas y casi que con ello termino el artículo.

Toda obra que se precie, dentro de esta categoría, debe tener un delito sobre el cual gira el argumento, aunque no es necesario que sea un asesinato.
Otro detalle con el que hay que contar: siempre habrá un personaje que intenta revelar la verdad. Puede ser un policía o detective, un abogado, un periodista, un activista, o simplemente alguien que quiere resolver el caso.

No podemos olvidar un buen grupo de sospechosos, todos con motivos, medios y oportunidades, y eso sí, cuanto más malos mejor. Estos personajes serán los encargados de complicarnos la investigación. 
Hasta aquí, todo lo mencionado podría ser también parte de una obra policíaca o de un thriller,  estoy de acuerdo... pero si añadimos a un personaje con algún trauma o adicción, que cruza el límite que separa el bien del mal y que no teme las represalias por cometer esos actos que rozan la ilegalidad; si a las escenas las agregamos dosis extra de violencia, en ese caso ya no es una novela policíaca.
El personaje en cuestión también puede ser  un inadaptado social que se mueve por ambientes decadentes e incluso trágicos, o  simplemente sus actos revelan una crítica hacia la corrupción o  hacia esa sociedad de la cual él forma parte... entonces, sin necesidad de que todas estas características se den todas juntas, nos encontramos ante una novela estrictamente negra. 
Eso sí, si hay crímenes sangrientos, corrupción, narcotráfico, y mucha mucha violencia tiñendo las páginas del libro... pues mucho mejor.

Creo que ha quedado bien claro que la novela negra no es solo el relato de un crimen, como muchos se empeñan en señalar, porque el asesinato, en muchas ocasiones, pasa a ser un tema secundario, aquí lo importante es destapar la verdad, revelar quién y sus motivos, sin miedo a ensuciarse, porque la venganza es otro pilar fundamental.
Son historias que esconden un trasfondo, buscan remover conciencias y/o denunciar determinadas situaciones.
Tampoco es un género compuesto por una estructura repetitiva, porque como he mostrado, no tienen por qué darse todos los detalles juntos.

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